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Un posteo en castellano

Writer's picture: holalolaz42holalolaz42

Hola! ¿Cómo andás?


Con la cantidad de gente que me sigue que habla castellano, me di cuenta de que es justo que escriba un posteo para que ustedes puedan leerlo. Ustedes que pueden leer ambos inglés y castellano, qué suerte.


Hace casi 6 años que no escribo en español. Por favor, ténganme un poquito de paciencia. La verdad es que, al principio, me daba vergüenza hablar porque era casi inevitable que cometiera un error. Todavía es inevitable pero, después de unos meses consistente hablando en castellano, acepto estos errores porque no son permanentes. Se van en cuanto termina la conversación. Sin embargo, en mi escritura, los errores van a existir para siempre (un poco exagerada pero bueno). Ya puedo ver este posteo corregido con un bolígrafo rojo.


Los nervios que tengo ahora son tremendos no solo por escribir en castellano sino también porque no creo que haya escrito algo así en español. Sí, he escrito un montón de ensayos y párrafos con una cantidad específica de vocabulario, pero no he escrito nada de mis sentimientos ni experiencias (con la excepción de lo que hice el finde pasado para practicar el pretérito). Este tipo de escritura es muy distinto, especialmente porque acabo de acostumbrarme a escribir así en inglés. (Mientras estoy escribiendo, me estoy dando cuenta de que, aparentemente, cuando escribo, pienso en inglés aunque pienso en español cuando hablo. Es probable que, por eso, me cueste tanto escribir.) Además, estoy intentando incorporar mi personalidad. Sin embargo, como les dije, por solo haber escrito cosas académicas en español, no he tenido la oportunidad ni la necesidad de escribir lo que, de hecho, siento y experimento. Por lo tanto, no tengo ni idea cómo puedo incorporar mi personalidad en mi escritura ahora…tampoco sé lo que es mi personalidad en la escritura castellana. Tal vez, sea diferente que en inglés y mi esfuerzo de copiar cómo yo escribo en inglés sea inútil. Creo que el último es la verdad y que tengo una personalidad un poco diferente en castellano pero bueno. Vamos a ver lo que pasa.


Les juro que nunca imaginé que iba a ser más fácil hablar que escribir…No les voy a contar la cantidad de veces que ya he abierto WordReference para asegurarme de que las palabras que estoy usando no han cambiado desde que las usé la última vez.


Para empezar, les cuento cómo llegué a Madryn. La mayoría de ustedes ya saben que tengo una beca, pero les cuento la historia otra vez por las dudas. Solicité la beca de Fulbright en 2019 justo antes de graduarme de la universidad. Recibí la beca creo que al fin de marzo de 2020. Al principio, había pensado que tenía suerte porque la beca iba a empezar en 2021, seguramente después de cualquier pandemia. (jajaja - con sarcasmo) Mientras se retrasó dos veces, yo tuve que mudarme tipo 5 veces por la falta de conocimiento de lo que iba a pasar con la pandemia y supuse que la beca se iba a cancelar. Les juro que no creí que yo realmente fuera a venir a Argentina hasta el día que me senté en el avión. No parecía verdad hasta que llegué a Madryn y vi a mi referente, Sol, en el aeropuerto.


Tod@s l@s becari@s tienen un referente en sus provincias para responder a todas las dudas que surgen. La mía es Sol. Nos encontramos en el aeropuerto de Puerto Madryn con solo las respectivas fotos de perfil de WhatsApp. A ella no la pude encontrar al principio, pero no tengo ni idea cómo ella no me pudo reconocer, la yanqui más yanqui de todos los yanquis con mis dos valijas grandes, re perdida. Ella trabaja (yo digo “trabaja” porque soy media pesada) como mi jefa, compañera de trabajo, madre y, puedo decir(¿?), amiga. Sol ha aguantado todas mis tendencias insoportables desde que llegué, como mi uso de sarcasmo y mi decisión de usar este tiempo en Argentina para encontrarme a mi misma y mi nuevo hábito de compartir con ella todas mis emociones.



Normalmente, yo digo que estoy acá para enseñar inglés. Sin embargo, la meta de una beca de Fulbright es tanto un intercambio de lengua como un intercambio de cultura. Aparte, no podría enseñar inglés si quisiera porque la verdad es que no tengo el conocimiento necesario. Por eso, me considero facilitadora. Una facilitadora de lengua, conversación, cultura y onda. Para facilitar estas cosas un poco idealistas, no hace falta un aula, sino gente. Por lo tanto, he tratado de encontrar lugares donde yo pueda conocer y conectar con gente.


Dejáme decirles que esta búsqueda ha sido muy difícil porque soy muy introvertida. Tal vez, están pensando, “Pero Leslie (o Lezz) siempre me hablás.” Y claro. No hay otra opción. Hablo con ustedes o no tengo amigues, ni práctica de castellano, ni lugares para ir a disfrutar. Cada vez que voy a un nuevo lugar, me tengo que animar. Normalmente, no soy la persona que inicia una juntada o va a un nuevo taller. Por eso, estoy re agradecida por toda la gente con la que he conectado porque toda me ha dado espacio y un lugar para existir aunque soy extranjera que apenas puede hablar castellano y que supuestamente va a salir en noviembre.


Este posteo se ha vuelto medio sentimental. Ups. Pero bueno, continúo. Les cuento de unos de mis espacios (literalmente y en un sentido figurado) favoritos y unas maneras en que yo interactúo y me meto en la comunidad.


He encontrado espacio en el gimnasio. Yo voy al gimnasio 4 días por semana. El gimnasio siempre ha sido un lugar que me pone feliz, y tuve suerte de encontrar un gimnasio donde me pude sentir cómoda. Al principio, estaba muy nerviosa ir al gimnasio, pero ahora, me encanta ir para aprender nuevo vocabulario, gracias al instructor que siempre está cuando voy. Quizás, solo voy cuando sé que él está trabajando, pero no les voy a revelar mis secretos. En serio, él siempre me enseña las palabras de los ejercicios. Por lo tanto, les juro que él tiene un montón de paciencia porque yo no sabía ni una palabra en castellano para describir los músculos o los ejercicios. Siempre estamos en el gimnasio haciendo muchísimos gestos para entendernos y mostrarnos movimientos diferentes. Es un espectáculo.


¿Sabían que en los Estados Unidos, no hay un instructor que le da a la gente una rutina? Vamos al gimnasio y ya está. Si hacés un movimiento incorrecto, qué pena. Alguna parte del cuerpo te va a doler en unos años.


También, he encontrado espacio en mis clases de meditación. Me di cuenta de que todo acá pasa en Instagram así que empecé estoqueando todas las empresas de yoga porque quería ir a clases de yoga. En mi búsqueda, encontré unas clases de meditación. Me he convertido en media jipi (como si no fuera una antes jaja) mientras he estado acá en mi autoproclamado viaje para “encontrarme.'' Así, decidí que, tal vez, la meditación sería perfecta. Arranqué mis clases en junio, y después de una sola clase, la meditación ya me había cambiado. Salí de esa clase feliz, re feliz. No pude dejar de sonreír y así comenzó mi viaje de meditación.


Valoro muchísimo el espacio que tengo debido a mis clases de meditación. Estoy re orgullosa de mi misma por haber decido ir a estas clases. Me dieron muchísimo miedo porque imagináte lo que pudiera pasar si no entendés algo dicho por la instructora y tus ojos están cerrados. Pues, nada pasaría, pero mis nervios no existen para tener sentido. ¡Para espoilear lo que pasó, sobreviví y he continuado mis clases y aún he ido a unos encuentros adicionales! Por ejemplo, fui a una reunión con las otras personas que hacen meditación. Aunque jugamos un juego de mesa medio horrible en el que tuvimos que compartir nuestros secretos más profundos, me di cuenta de que ahora, yo puedo entender lo que dice la gente en situaciones así cuando hay muchas conversaciones pasando al mismo tiempo. Todavía no me puedo animar a participar en este tipo de conversación, pero me di cuenta de que mis habilidades han mejorado es suficiente. En fin, es un espacio lindo y me encanta ser parte de ello.


También, tengo un espacio en mi taller de cerámica. Me sorprendí a mi misma cuando decidí hacer cerámica. Mi amigue, Leia, me inspiró cuando le visité en Corrientes. Cuando estaba allá, fuimos a un taller de cerámica, y aunque yo quise disfrutarlo, me costó por mi falta de paciencia. Hice una cosa parecida a una taza. Ojalá que se rompiera en el horno. Sin embargo, por suerte y casualidad, encontré un taller acá en Madryn y acá estamos. Normalmente, no me considero muy creativa ni muy artística, y por eso, creo que la cerámica es una buena actividad para mí. Me ayuda mucho a conectar con este lado de mi misma que no uso mucho. Cuando estoy haciendo una pieza, tengo que ir más despacio y enfocarme en lo que estoy haciendo en el momento en vez de lo que hice y necesito hacer en el futuro. Sobre todo, es otro lugar para conocer y conectar con gente linda. ¡Hablando de eso, tenemos planes para salir a tomar algo esta semana!


Para explicarme, porque lo he dicho mucho, cuando yo digo “conectar” y “facilitar,” no quiero decir que estoy yendo por todos lados contando a gente cosas aleatorias sobre los Estados Unidos. Imagináte si yo solo hablara de hechos estadounidenses - sabías que en los Estados Unidos siempre hacemos eso así…sabías que en los Estados Unidos tenemos tal cosa en vez de esa cosa…qué pesada sería yo. En mi opinión (aunque nadie no me la pidió), lo importante es que nos conozcamos.


Estas últimas semanas, he tratado de conocer a mis estudiantes. Cuando llegué, estaba un poco nerviosa por interactuar con ell@s y no quería molestarl@s. En estas semanas pasadas, cuando volví de mi viaje con mi novio, contacté a tod@s mis estudiantes para planificar unas juntadas fuera del instituto. Como asistente de lengua (mi título oficial), estoy justo en medio de l@s estudiantes y las profes con las que trabajo. No soy docente ni estudiante así que a veces me junto con las profesoras y a veces con l@s estudiantes. Un poco raro, sí, pero bueno. Por alguna razón, soy un imán para mujeres mayor de 40 y casi todas quieren cuidarme como una madre, y por eso, re valoro las relaciones que tengo con las profes, también.


Pues, en este caso, me he juntado con algun@s estudiantes unas veces para charlar en inglés fuera de clase para que pudiéramos charlar sin la presencia de una profesora. Estuve nerviosa (por supuesto) cuando inicié estas reuniones porque pensé ¿por qué alguien querría hablar conmigo? ¡Por alguna razón, sí, querrían y me llenan mi corazón con felicidad! Han hecho snacks, han planificado las próximas reuniones y han pensado en qué cosas podemos hacer. Lo que me sorprende es que parezca que mis estudiantes vengan para juntarse no para “charlar en inglés” sino para pasar tiempo junt@s. Me alegre. Tengo muchísima suerte que me dan la oportunidad de crear un espacio en que podamos sentirnos cómod@s compartiendo cualquier cosa.


En fin, mudarse a otro lugar puede ser difícil, especialmente con una barrera de lengua, entre otras cosas. Se pudiera decir que busqué lugares para practicar el castellano o cumplir los “requisitos” de la beca. Tal vez, al principio, busqué sitios para entretenerme, con el tiempo, aprendí (Por favor, no me juzgues por decir lo que voy a decir. Es reee cringy.) que hace falta una comunidad para apoyarme. Me encanta ser autónoma y hacer lo que quiera cuando quiera. Sin embargo, hay algo especial en tener gente a mi lado que me invita a tomar unos mates o me hace una pizza vegana o se junta conmigo para caminar aunque soy yanqui que apenas puede hablar castellano y que supuestamente se va a ir en noviembre.


Algunas personas (no todas) que son especiales:














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